Tu vecino te hace la compra…y el mío aleja a las plagas

Hoy vamos a aprender algo muy interesante: qué son las plagas y cómo podemos proteger a nuestras plantas sin usar venenos. ¿Están listos? ¡Genial!

Entonces, ¿qué son las plagas? Son como invitados no deseados en el huerto, pequeñitos pero traviesos, que pueden hacerle daño a nuestras plantas. Pero ¡no te preocupes! Tenemos una solución amigable: ¡la co-plantación!

La co-plantación es como sentarse en clase junto a un compañero con el que te llevas muy bien. Algunos cultivos se sienten muy felices cuando crecen al lado de otros. Esto es porque al vivir cerca, uno aleja las plagas que se quieren comer al otro y lo protege. Por ejemplo, ¿sabían que la zanahoria y el puerro se llevan genial cuando se plantan cerquita? ¡Sí, es verdad! El olor de la zanahoria asusta a la polilla del puerro, y el puerro aleja a la mosca de la zanahoria. ¡Es un equipo perfecto!

Pero, ¿cómo sabemos si esto realmente funciona? Bueno, aquí es donde comienza la diversión. Para saber si la co-plantación funciona en nuestro huerto vamos a hacer un experimento. Plantaremos zanahorias y puerros juntos y por separado, y veremos si son realmente amigos y se cuidan.

¿Listos para convertirse en científicos? ¡Vamos a descubrir juntos si la zanahoria y el puerro son como dos buenos compañeros de clase que se ayudan!

Etapa/Ciclo:

  • Educación Primaria.

Distribución Temporal:

  • 3 sesiones (en invierno-primavera).

Materiales y Recursos Didácticos:

  • Semillas de zanahorias.
  • Semillas de puerros.
  • 15 palitos o ramas de unos 30 cm.
  • Rotulador indeleble.
  • Lana o cuerda fina.
  • Tetrabrik reciclado.

Objetivos:

  • Reconocer a las plagas como un agente causante de mermas en las cosechas.
  • Familiarizarse con una técnica sostenible para el control de plagas.
  • Aprender a sembrar correctamente semillas pequeñas.
  • Realizar un experimento científico de campo.
  • Despertar el pensamiento crítico del alumnado.

Secuenciación Didáctica:

Con la presente actividad, los/as alumnos/as podrán experimentar y comprobar, mediante un experimento científico, la veracidad de un dato obtenido en internet, ayudando de esta manera a despertar su sentido crítico. Además, veremos qué son las plagas y conoceremos una sencilla manera de evitar que nos dejen sin cosecha.

Sesión I

Para comenzar leeremos en clase el siguiente texto: 

“¿Qué es una plaga? Un grupo de animales, normalmente de los que llamamos bichos, que se alimentan de nuestros cultivos produciendo grandes pérdidas en la cosecha. Hace años se usaban venenos para controlarlas pero hoy en día sabemos que estos productos también dañan a otros seres vivos, incluso a las personas, por eso los estamos dejando de usar. Entonces ¿qué podemos hacer para que las plagas no se coman nuestras hortalizas?

Pues hay muchas formas diferentes de controlar plagas sin tener que usar peligrosos productos. A lo largo de esta aventura los iremos conociendo (diversidad de vida, control biológico de plagas, plantas auxiliares, biopreparados, etc), pero hoy nos centraremos en una muy sencilla. Se trata de plantar un cultivo al que ataca una plaga muy cerquita de otro cuyo olor repele a esa plaga.

En el caso de las zanahorias hay una mosca que puede dejarnos sin cosechar ninguna de sus ricas raíces. Estas moscas odian el olor de los puerros, tanto que ni siquiera se pueden acercar donde hay puerros creciendo. Así, si plantamos puerros cerca de las zanahorias, podremos recoger más zanahorias sanas (hipótesis inicial).

Para comprobar que es cierto haremos un experimento que nos dirá si a partir de ahora debemos sembrar siempre las zanahorias junto a los puerros o no es necesario.

Tras la lectura, visitaremos el huerto con cuaderno y lápiz y realizaremos la planificación del experimento. Para realizar este experimento harán falta tres rectángulos en las zonas de cultivo (20 x 50 cm aprox.) con separación entre ellos, a ser posible en bancales diferentes. Delimitaremos las tres zonas elegidas con palitos en las esquinas y con lana o cuerda fina de palito a palito cerrando cada rectángulo. Dentro de estas zonas delimitadas sembraremos las semillas de zanahorias y de puerros sin enterrarlas mucho (tres veces su grosor). En un rectángulo sembraremos sólo zanahorias (1), en otro sólo puerros (2) y en otro puerros junto a las zanahorias (3).

Para terminar la sesión, cada alumno debe realizar un esquema del huerto e identificar en él las diferentes zonas seleccionadas para nuestro experimento.

Sesión II

El siguiente día de clase sembraremos las semillas en nuestras zonas de experimento. Pero antes de salir del aula debemos confeccionar carteles para identificar las tres zonas de pruebas. Para ello recortaremos 3 rectángulos (10 x 5 cm aprox.) del tetrabrik y haremos en la zona media de cada rectángulo 2 agujeros del grosor de uno de los palos que sobraron de la sesión anterior, uno encima de otro, separados unos 3 cm. En los carteles escribiremos con rotulador indeleble ZANAHORIAS, PUERROS o ZANAHORIAS Y PUERROS según corresponda. Al introducir el palo por los dos orificios tendremos un cartel informativo ideal para identificar las tres zonas de pruebas.

Con los carteles confeccionados, algunas herramientas para soltar la tierra del huerto y los dos paquetes de semillas, nos trasladaremos al huerto para iniciar nuestro experimento.

En primer lugar debemos airear y desapelmazar el suelo dentro de los rectángulos delimitados. También lo mezclaremos con un poco de compost o estiércol bien maduro, y eliminaremos todos los terrones, piedras y palitos que podamos. Después, tras allanar el suelo removido con la palma de la mano o con una tablita, realizaremos dos surcos muy poco profundos paralelos (separados unos 15 centímetros) dentro de cada rectángulo, en la dirección de su longitud mayor. Estos surcos los podremos realizar con un palito del grosor de un dedo, o con el mismo dedo, y no deben ser profundos, apenas de media uña de profundidad. En cada rectángulo colocaremos su correspondiente cartel, clavando para ello ⅓ del palito en el suelo.

Iremos colocando las semillas de dos en dos cada 4-5 centímetros dentro de cada surco. Una vez colocadas todas las semillas de una fila, cubriremos con un poco de suelo de huerto sin materiales gruesos. Cuando estén todas las semillas sembradas, regaremos con una regadera de lluvia fina con mucho cuidado para no desenterrar las semillas. 

De este modo nuestro experimento constará de una zona para comprobar si el puerro repele a la mosca de la zanahoria, y de dos zonas de control para ver qué ocurre cuando estos dos cultivos crecen por separado. Es muy importante mantener el suelo siempre húmedo hasta el momento en que comiencen a germinar las semillas; a partir de entonces bastará con regar, si no llueve, cada 3-5 días.

Para finalizar la sesión comprobaremos las expectativas de cada alumno/a para cada zona de experimentación. ¿Qué esperas que pase con las semillas de zanahoria? ¿Y las de puerro? ¿Dónde crees que tendremos problemas con la plaga de la zanahoria? ¿Por qué?

Sesión III

Esta sesión se realizará 2-3 meses después, en el momento en que se vaya a realizar la cosecha de las zanahorias y los puerros. Para ello, deberemos cosechar las hortalizas de nuestras zonas delimitadas y mantener las cosechas por separado. Obtendremos un manojo de zanahorias (zona 1), un manojo de puerros (zona 2) y un manojo de zanahorias con puerros (zona 3). Limpiaremos muy bien la tierra de nuestras raíces y las llevaremos a clase.

Una vez en clase se repartirán las plantas, agrupando como sea necesario para que todos/as los/as alumnos/as tengan ejemplares para examinar, pero manteniendo la separación de las tres cosechas separando a los alumnos en tres grupos.

Tras explicar los síntomas de la mosca de la zanahoria (galerías negras que se aprecian en la superficie de la raíz fácilmente) y de la polilla del puerro (hojas amarillentas con pequeñas perforaciones), cada alumno/a deberá inspeccionar sus zanahorias/puerros buscando esos síntomas. Si hay dudas, se pueden buscar imágenes de los daños producidos en zanahorias y puerros en internet. 

Cada alumno debe apuntar cuántas plantas de zanahoria/puerro ha observado y cuántas de ellas tenían daños por plagas, especificando si presentaban pocos (1-2 galerías o agujeritos) o muchos daños (más de dos galerías o agujeritos). Los datos de todos se unificarán en una tabla que nos permitirá determinar si nuestra hipótesis de partida era cierta o no.

Si encontramos daños, podemos buscar al causante cortando la zanahoria con síntomas en rodajas. En el puerro deberíamos ir desarrollando sus hojas tras cortar los 2 o 3 primeros centímetros de la base. 

¿Cómo interpretamos los resultados?

Si no existen daños en las zanahorias que se han sembrado junto a los puerros (o existen muy pocos) y en las que se han sembrado sólas si se observan daños, podremos afirmar que nuestra hipótesis de inicio era cierta (el puerro protege a la zanahoria).

Si aparecen daños tanto en las raíces de las zanahorias que se han sembrado junto a los puerros como en las que se han sembrado sólas, nuestra hipótesis inicial era errónea.

Si observamos daños en las raíces de los puerros que han crecido solos pero no en los que han crecido con las zanahorias, muy probablemente sea porque la zanahoria también ahuyenta a la plaga del puerro. 

Si no se observan daños en ninguna planta, ¡enhorabuena porque estas plagas aun no han llegado a nuestro huerto! 

Finalmente, podremos repartir la cosecha, ya que podemos aprovecharla si retiramos los trozos dañados. Incluso podemos comprobar en clase lo ricas que saben nuestras zanahorias recién cosechadas. Todo el material vegetal que no se lleve el alumnado o al comedor se llevará a la compostera para reciclar sus nutrientes.

— Dani Trigueros

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